Susan, de 20 años, es abordada mientras cena con su novio en un restaurante por una encantadora pareja de ancianos que se muestra impresionada por el parecido de Susan con Verónica, fallecida hace mucho tiempo. Luego de convencerlos, Susan y su novio acompañan a la pareja hasta su mansión para ver el retrato de Verónica y comprobar el increíble parecido. Allí comienza esta intrigante historia con un final inesperado. Suspenso como en el cine, pero en el teatro.