Un hijo que se transforma en obra, su muerte abre y despierta lugares donde su padre y madre conviven con sus contradicciones, inconsciencias y sueños. Una tragedia que dobla las rodillas y un salto a seguir, propulsado por lo inquietante. La obra toma tintes de atemporalidad viajando con perturbaciones, certezas, indecisiones, búsquedas y alegrías; denunciando como se cubre lo sucio del paisaje social, pidiendo parteras para estar acompañados al nacer. La mujer y su vientre como camino final de lo próximo vital. Las historias de vida en un íntimo conjunto de sentidos dan a luz mellizos para proteger el pasado trágico.